Virtualización

Virtualización de infraestructuras

La tecnología actual nos permite implementar de manera virtual cualquier componente de la infraestructura física que cualquier Organización necesite para poder ofrecer sus servicios y aplicaciones a sus usuarios. Para hacerlo desplegamos un conjunto de servidores físicos, adecuadamente dimensionados, y consolidamos virtualmente sobre ellos todos los servidores y servicios que la Organización del cliente requiera.

El hecho de que varios servidores virtuales compartan la misma máquina física nos permite obtener el máximo rendimiento de los recursos de hardware y emplear tecnologías que permitan alta disponibilidad a costes inferiores.
La virtualización de infraestructuras también nos permite ser mucho más flexibles y rápidos en el despliegue o reubicación de nuevos servicios, siendo posible para nuestros clientes redimensionar su capacidad de modo menos traumático.
Asimismo, la adecuada gestión de esta virtualización permite al departamento de TI ajustar la entrega de capacidad de los recursos centrales dependiendo de factores como la demanda horaria, etc., evitando así que haya servidores parados en momentos en los que otros requieren gran capacidad de proceso.

Virtualización de escritorios

En esencia, la virtualización de escritorios significa, independizar el escritorio que ejecuta el usuario, de la máquina local. La infraestructura que nos permite separar el software de escritorio del hardware donde se ejecuta es lo que se conoce genéricamente como VDI.

Al funcionar con una infraestructura VDI, ese escritorio que el usuario hasta ahora ejecutaba en su equipo local, ya no está en su equipo sino que se está ejecutando en otra máquina que vamos a llamar “Servidor de escritorio” y es enviada desde allí al equipo local ofreciendo una experiencia de uso prácticamente igual a la que tenía hasta ahora con muchas ventajas adicionales.

Este concepto aparentemente tan simple, transforma radicalmente la visión que teníamos hasta ahora de los servicios para el usuario final y plantea una experiencia completamente distinta. La virtualización de escritorios libera a los usuarios de la dependencia respecto a un dispositivo físico concreto, ya que rompe los vínculos entre el hardware, el sistema operativo, las aplicaciones, los datos y los perfiles de usuario. Con la virtualización, cada uno de dichos elementos se puede tratar de forma independiente y configurarse por separado. A continuación, los elementos se pueden mezclar y combinar según los diversos modelos de virtualización de escritorio que precise el cliente. El resultado es un enfoque más sencillo, pero también más potente, de la entrega de puestos de trabajo y de las aplicaciones.

Las principales ventajas que ofrece este modelo para las organizaciones son:

Administración centralizada de los escritorios

Cuando usted compra un equipo, es necesario instalarle un sistema operativo, que con el tiempo irá necesitando actualizaciones, controladores, parches, etc. Este equipo también necesitara que se le asigne una identidad de Directorio Activo para poder incorporarlo a la red corporativa. A continuación llega el momento de añadirle aplicaciones aparte de las que ya forman parte del sistema operativo, ya sea de forma manual o bien mediante el uso de herramientas de distribución de software. Todo este trabajo multiplicado por el número de equipos de su organización supone un trabajo muy importante que se puede evitar en gran medida mediante la virtualización de escritorios.

Acceso deslocalizado y multidispositivo

Como el escritorio del usuario no está físicamente en ninguna máquina local, sino que está en un servidor central, podemos acceder a él desde dispositivos muy distintos como un PC, un portátil, un ThinClient, o incluso un Tablet o Smartphone dependiendo de las aplicaciones a usar y de las comunicaciones disponibles.

Menor coste de mantenimiento

Con la virtualización de los servicios de escritorio, conseguimos entre otras cosas que, los equipos locales de los usuarios no precisen de intervenciones más allá de asegurar su conexión a la red y la gestión de averías físicas. Esto rebaja de forma considerable, la carga de tareas de mantenimiento.

Dispositivos cliente más ligeros

No tener que ejecutar las aplicaciones en local significa que los dispositivos de usuario necesitan mucha menos capacidad y pueden ser clientes ligeros o equipos antiguos. La vida del parque existente de equipos cliente se puede duplicar y resultar mucho más económica su sustitución cuando sea precisa.

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Mejora la seguridad y disponibilidad de los datos

Implementar la virtualización de escritorio en una organización hace que todos los datos de los usuarios, y por lo tanto de la organización, se almacenen centralmente en los servidores. Absolutamente nada se almacena a nivel local, por lo que si un trabajador pierde o le roban el portátil, no se pierde ningún dato y tampoco dichos datos pasan a manos peligrosas. También se reduce drásticamente el tiempo de no servicio. Ante una avería en cualquiera de los dispositivos de acceso, simplemente se remplaza el dispositivo y al conectar el nuevo en la red el usuario ya puede trabajar inmediatamente. Disponiendo de equipos de sustitución, el tiempo de parada se puede reducir a unos minutos.

Nube privada

La nube privada es una infraestructura que permite agrupar todos los servicios y aplicaciones que una Organización necesita en el ámbito TI para albergarlos y entregarlos a los usuarios, independientemente de su ubicación o del equipo que utilicen.
Se asemeja al concepto de nube tradicional pero con la ventaja de que, al implantarse sobre una infraestructura propia, las posibilidades de personalización y control sobre la configuración de los recursos existentes y los servicios ofrecidos son muy superiores.
Es por ello que la nube privada ofrece importantes ventajas a las organizaciones que están haciendo que los responsables de TI cambien la forma de enfocar la gestión de sus servicios y se planteen nuevas posibilidades inalcanzables hasta hace poco.

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